miércoles, 27 de junio de 2007

Qué me va a importar

No me importa ni lo más mínimo. Nunca la quise. Estuve con ella sólo por diversión. Bueno, ya sabes a lo que me refiero, había sido bailarina y tenía ese cuerpo delgado y flexible. Y vaya si le gustaba mostrarlo. Cada viernes me esperaba en la puerta del Barfly con una falda cortísima. Yo me acercaba despacio, recorriendo sus piernas descubiertas, la curva del gemelo, el tobillo desnudo hasta la tira del zapato de tacón. Siempre me daba un beso en el cuello, muy suave. Era muy tierna en todo lo que hacía. Por ejemplo, una vez que me apretaba la mano ya no la soltaba en toda la noche. Increíble. Ni para beber de la jarra de cerveza. Jugábamos a servirnos en los vasos sin soltarnos de las manos. Era muy divertido, sobretodo cuando ya estábamos borrachos. Imagínate, pasábamos horas riendo por esa tontería. Y bueno, hablando, era lo que más hacíamos. Ella tenía muchos sueños, demasiados. Estaba inconforme con cualquier cosa, pero sobretodo con la universidad. No le gustaban los maestros, a nadie le gustan le decía yo, aunque no la convencía. Para ella eso era un tema muy importante. Quería hacer algo grande en la vida, no sé muy bien qué, nunca presté mucha atención a sus historias locas. Me parecían chiquilladas. Prefería concentrarme en su sonrisa de labios brillantes, que no paraban de moverse, arriba y abajo. No era malo aquello… Así que puedes comprobarlo por mis palabras. Estuve con ella sólo por diversión. Esa es la verdad. Tengo montones de mujeres. No me importa ni lo más mínimo que se haya marchado con el tipo ese.