jueves, 29 de marzo de 2007

Envenenaron mis Sueños

“Somebody put something in my drink” – The Ramones.

Alguien le echó algo a mis sueños. Estaba despistado, lo reconozco, miraba la televisión cuando dejó caer sus gotas de veneno y removió la mezcla. No tenía color, ni olor, así que dime, ¿cómo podría haberlo notado? Lo bebí sin sospechar nada. Ni siquiera me percaté de lo que sucedía cuando escuché a mi mujer anunciar que se iba a vivir con otro tipo, que había descuidado su cariño, que era culpa mía. Sentado en la mesa blanca de la cocina, tomé un sorbo de mi whisky con hielos, sin rechistar. Tampoco recelé meses después, cuando el jefe me notificó que había un recorte en la empresa y que, como mi rendimiento había bajado mucho últimamente, era normal que me despidieran. Deambulaba con un periódico en la mano, de dirección subrayada a despacho sin oportunidades de empleo para un viejo de 38 años como yo. Hasta que me senté en la oscuridad de neón de esta barra, observando mi rostro ojeroso y cansado en el espejo que tenía delante. Rememoré las ilusiones creadas en la universidad, las horas y fines de semana dedicados a ascender en la empresa, una casa grande para tener contenta a mi mujer, un coche nuevo cada dos años. Todo iba correctamente, tal y como debía de ir. Mis sueños eran como los de la mayoría y yo lo estaba haciendo tan bien como cualquiera. Entonces comprendí lo que había sucedido… Así que no vuelvas a mirarme de esa forma, no te atrevas a juzgarme por mi pelo desmarañado, por mi barba descuidada, por mi aliento y andares de borracho. Yo no soy así, no es culpa mía. Alguien envenenó mis sueños y ya no puedo pensar correctamente... Mejor invítame a otra copa.